Siempre me han gustado las flores. A lo largo de mi vida me he dado cuenta de que las flores están en muchos procesos del ser humano. 

Cuando alguien nace le llevamos flores, cuando alguien muere también llevamos flores y estas se convierten en una forma de honrar tanto la vida como la muerte. Las flores nunca dejan de ser hermosas, hasta cuando ya marchitas las seguimos guardándooslo porque nos recuerdan sobre algo bello. 

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Un dia caminaba por una calle y vi sobre el pavimento una flor casi marchita, la recogi y la puse en un lugar seguro, luego pensé... Que tal si fuésemos capaces de mirarnos así con amor, aun cuando nos damos cuenta que es hora de abandonar una antigua version. Quizás encontraríamos maneras de mirarnos de otra manera, desde un lente de gratitud por todo aquello que esa version nos permitió lograr. 

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Quizás es posible que durante toda la vida nos vayamos encontrando con nosotros mismos desde distintos lugares y poder recordar que todavía hay flores por encontrarnos en el camino.